viernes, octubre 28, 2005

Mis dos odiseas

Me remito a contarles lo hechos:

Hecho nº 1
Hoy fui hasta el Barrio Chino (sí, hasta allá me tuve que ir) para comprar los ingredientes necesarios para poder cocinar arroz para sushi (no, no sé como se hace, me bajé la receta por internet y trataré y trataré hasta que por fin me salga, en el interín mi familia soportará las consecuencias). En fin, el problema fue que, cuando me quise tomar el colectivo para emprender mi vuelta no tenía ni una moneda (caso típico), así que fui a un quisoco, vi unos bastoncitos (tipo grisines) y pensé en prepararlos esta tarde para hacer algo medianamente rico para tomar el té. Dicho y hecho compré los bastoncitos y volví muy contenta a casa.
Hoy a eso de las 4.30 decido ir a comprar el otro ingrediente que me faltaba para hacer 'algo rico para la hora del té' (dicho ingrediente era sopa instantánea de cebolla) así que bajé diciendo 'en un segundo vuelvo' y me fui al supermercadito de acá cerca. Busqué la sopa y, cuando me acerqué a pagar, como es de suponerse, en ambas cajas había una linda fila... en una, claro, habían tres chicos que estaban juntos y yo pense 'estos tres seguro que algún problema van a tener porque vienen con toda la cara de venir y cagarse de risa todos juntos' así que me puse en la otra fila. Pero noo! Esos chicos, obviamente, no tuvieron ningún problema en cambio, en mi caja, la señora que a la señora que estaba pagando se le cayó un peso del vuelto que le dio el cajero (adentro de sus bolsas) y estuvieron buscando dicho vuelto. A todo esto yo pensaba 'señora, ese peso ya es suyo y está adentro de sus bolsas. Por qué no lo busca cuando llega a su casa?'. Pero parece ser que fui la única que pensó eso, porque tanto cajero como compradora siguieron buscando la moneda hasta encontrarla (lo que tomó más tiempo que lo que ustedes se imaginarán).
Siguiente cliente. Una chica que compraba dos pollos (bueno no el pollo entero, pero dos bandejitas con algo de pollo en cada una). Claro que no podía ser rápido y veloz (valga la redundancia). Cuando el cajero fue a pasar el código de barras por la maquinita esa que tienen (la de la luz roja), no lo leía! No sé por qué. Estaba intacto el sticker con el código, pero la maquinita no quería leerlo. Así un par de veces hasta que el chico decidió 'pasar la maquinita a mano' y bueno, ahí arrancó.
Próximo cliente, o sea yo. Feliz y contenta por fin era mi turno (para este punto, los tres chicos ya estarían por llegar a sus casas, y ya habían pasado dos clientes más...). Confiada en que mi simple sopita de cebolla no podía tomar más de 30 segs. le di el producto a mi amigo el cajero con la mejor sonrisa esperando que me la cobre y... y... y... y justo en ESE momento viene una supervisora (o algo así) a darle cambio en monedas!! Claro que esto fue todo un proceso porque había que contar que esté bien el cambio (el chico le da un billete de $50 y ella le da $50 en moneads y algunos billetes de 5 y de 2). Tuvieron que contar dos veces, porque la primera no daba la cuenta!!! Yo estaba por matar a alguien. Felizmente después del inconveniente sí me compraron la sopa y pude volver a casa (claro, todo este lío para que sólo una de mis hermanas quiera comer lo que hice...).

Hecho nº2
Acá una buena. Desde agosto estoy esperando que me traigan una mochila de Kill Bill. Obviamente que tienen la que yo quiero en vinilo pero no en tela común. Llamo todos los santísimos viernes a las 5 de la tarde y nada... pero hoy... hoy fue distinto! Todavía no puedo cantar victoria, pero el señor del otro lado del teléfono me dijo 'están confirmadas para el viernes que viene' (nota: ya que estoy aclaro, en el local ya me conocen como 'la que quiere la mochila de Kill Bill'). Así que estoy saltando en una pata (bueno no, quizás tenga que decir 'tipeando a cuatro manos' pero cuando era chiquita y tenía piojos mi mamá me decía 'nena como me vas a decir que no te pica si te andás rascando a cuatro manos la cabeza' así que me hace acordar a eso y es feeeeo). En fin, espero tener mi mochila el viernes que viene... yei!! :)

P.D.: después les cuento que tal salió el aloz!