martes, septiembre 27, 2005

Aii...

Iba yo, el lunes pasado, patinando por el Rosedal. Como recordarán, un día lindísimo. Con poquitísima gente el 'parque' era una especie de paraíso, se darán una idea l@s que lo conocen, no? Hacía ya una hora que venía dando vueltas... tranquila yo, cuando veo a unos 5 o 6 metros enfrente mío un grupito de, cuántas? 7 personas? paradas y una camineta (que estaba sacando unos carteles). Como yo iba por la bicisenda (que no es muy amplia que digamos) pensé 'salto el cordón amarillo, patino este pedacito por la calle y vuelvo a la seguridad cotidiana de la senda'. Dicho y hecho, miro para ver que no venga ningún responsable conductor y cruzo el susodicho cordón. No había patinado yo 2 segundos y un terrible golpe me saca de mis no muy profundos pensamientos. PUM. En efecto, no venía ningún auto, pero por alguna razón yo no vi la bicicleta que venia, justamente, en dirección opuesta a la mía. Como se imaginarán, me lleve la bicicleta (y a su ciclista) de lleno. Tan fuerta fue el golpe que terminé aturdida, con color en la cabeza y en la mandibula (aunque no me acuerdo de haberme golpeado ahí).

Doblada de dolor (y pidiendo dos mil veces perdón) seguí patinado, pero a los cinco minutos terminé por caerme (bien lo dice la ley de Murphy: todos los cuerpos que quieran caer, caerán! Por lo visto también se aplica a los seres humanos y yo estaba destinada a caer, porque la bici no me tiró a pesar de lo que se podría haber predicho por las características del golpe). Igual hoy me levanté y me di cuenta que me dolía el pecho cuando me reía y demás, así que terminé yendo a la guardia de un hospital para confirmar que estaba 100% sana (jaja, en realidad fue más insistencia de mi psicóloga que otra cosa, porque a mi no me preocupaba). Terminé estando perfecta, es más, tan bien que la medica me miró con cara de esceptica cuando vio que no tenía ningún moretón (no me suelen salir). Jaja, lamentablemente (para ustedes, mis queridos lectores) tendrán que seguir leyendo más posts míos por aquí!